Oraciones Vicentinas
Oración de la Familia Vicentina
Señor Jesús, Tú que quisiste hacerte pobre,
haz que tengamos ojos y corazón para los pobres;
y que te reconozcamos a Ti en ellos; en su sed, en su hambre, en su soledad, en su desventura.
Suscita en nuestra Familia Vicentina la unidad, la sencillez, la humildad y el fuego de la caridad que abrasó a San Vicente de Paúl danos fortaleza para que, fieles a la práctica de estas virtudes, podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres
y un día unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. (Bajar Oración)

¡Oh glorioso San Vicente, celeste Patrón de todas las asociaciones de caridad y padre de todos los desgraciados, que durante vuestra vida jamás abandonasteis a ninguno de cuantos acudieron a Vos! Mirad la multitud de males que pesan sobre nosotros, y venid en nuestra ayuda; alcanzad del Señor socorro a los pobres, alivio a los enfermos, consuelo a los afligidos, protección a los desamparados, caridad a los ricos, conversión a los pecadores, celo a los sacerdotes, paz a la Iglesia, tranquilidad a las naciones, y a todos la salvación. Sí, experimenten todos los efectos de vuestra tierna compasión, y así, por vos socorridos en las miserias de esta vida, nos reunamos con vos en el cielo, donde no habrá ni tristeza, ni lágrimas, ni dolor, sino gozo, dicha, tranquilidad y beatitud eterna. Amén. (Bajar Oración)
Querida Santa Catalina Labouré, amiga y vidente de la Virgen Milagrosa: Dios se fijó en ti, humilde, sencilla y servidora de los pobres. Te preocupabas de agradarle a Dios en todo momento, sirviéndole con amor en las tareas domésticas de la casa donde viviste, ayudando a los pobres para que tengan algo para comer y cuidando de las cosas de Dios en el templo donde te gustaba estar siempre, con otros o a solas.
Pídele a la Virgen María, que se presentó delante de ti para dieras a conocer su mensaje por medio de la Medalla Milagrosa, que nos ayude a ser más fieles a Dios, sirviendo a los pobres, y viendo en ellos el rostro de Jesús.
Bendice a nuestra comunidad, que lleva tu nombre y que hoy le agradece a Dios por sus 60 años de existencia.
Amén. (Bajar Oración)
